La cultura es el conjunto de características propias de una comunidad humana, que incluye costumbres, tradiciones, normas, creencias, y modos de comunicación. Es creada y compartida por un grupo, se transmite de generación en generación, y abarca tanto elementos materiales como inmateriales, convirtiéndolo en un término esencial para entender la diversidad humana.
Sin duda, esta definición de Tylor es una de las más tempranas y completas en la antropología, abarcando un amplio espectro de aspectos de la vida humana. Es significativo por su inclusión de todos los elementos aprendidos y compartidos en la sociedad, marcando un punto de partida para el estudio sistemático de las culturas humanas como sistemas integrales y complejos.
Franz Boas (1930):
La definición de Franz Boas sobre cultura es significativa porque destaca la diversidad y complejidad de las manifestaciones culturales, incluyendo tanto los hábitos sociales como los productos de las actividades humanas. Al resaltar la interacción entre el individuo y la sociedad, Boas nos ofrece una comprensión más completa de la cultura como un fenómeno dinámico y en constante evolución. Esta perspectiva holística influyó profundamente en la antropología, ayudando a desafiar las concepciones estáticas y eurocéntricas de la cultura.
Esta definición, por su parte, cambia la forma en que se entiende la cultura. En lugar de verla como un conjunto estático de comportamientos y tradiciones, Geertz la conceptualiza como un sistema dinámico de control que guía la conducta humana. Al hacer hincapié en los "mecanismos de control", Geertz resalta la influencia profunda que la cultura tiene en la vida de las personas, describiéndola como un conjunto de "planes, recetas, fórmulas, reglas e instrucciones" que moldean las interacciones sociales y las decisiones individuales. Esta perspectiva destaca la complejidad y la adaptabilidad de la cultura, y enfatiza su papel fundamental en la configuración de la experiencia humana.
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